Escenarios postelectorales, por Francesc Pallarés
Catedrático de Ciencia Política de la Universitat Pompeu Fabra
Dos consideraciones, en relación a la formación del Parlament y a la investidura..
– Si el voto de todos los ciudadanos valiera igual, JxS hubiera obtenido 56 diputados, 6 menos que en la actualidad. La CUP hubiera obtenido uno más, pero entre ambas opciones sumarían 67 escaños, no pudiendo formarse una eventual mayoría absoluta independentista en la cámara (68 escaños). El PP obtendría un escaño más y el PSC y CSQP dos más cada uno. La actual configuración de la Cámara deriva de una manipulación de las preferencias expresadas por los ciudadanos. Debería tenerse en cuenta, como llamada a la prudencia, y muy especialmente en un tema como la independencia.
– Con sus 62 escaños, JxS deberá negociar votos a favor y/o abstenciones en otros partidos para poder investir President y gobernar. Para alcanzar la mayoría absoluta necesita 6 votos más. Se garantiza la mayoría simple con los 62 diputados actuales siempre que hubiera 12 abstenciones/ausencias, reduciéndose en 2 las abstenciones/ausencias necesarias por cada voto adicional obtenido.
La propia naturaleza de JxS, la polarización de la elección y la necesidad de tener en cuenta otros ámbitos de políticas (social, fiscal,…) además del “nacional”, encierran grandes dificultades para configurar esta mayoría..
La fórmula de JxS se adecua con un planteamiento plebiscitario de la elección, con una duración limitada en el tiempo y reducida acción política en ámbitos diferentes al “nacional”, base del acuerdo. Pero las diferencias en el nivel socio-económico cobran aún más importancia cuando se debe buscar apoyos parlamentarios.
Las medidas de tipo social y económico de su programa están supeditadas a la independencia y la mayor parte de ellas entran contradicción con el comportamiento anterior de CiU (sobre el IVA cultural, la progresividad en el IRPF, derogación de la Ley de Reforma Laboral, Ley para la rehabilitación de barrios). Un grave lastre para la credibilidad de su eventual oferta para la investidura y de cara a la negociación para formar mayoría.
Así, la CUP se niega a votar a Artur Mas al que ha criticado duramente su condescendencia frente a la corrupción y sus políticas restrictivas a nivel social. Facilitar su investidura sería provocar la quiebra interna.
Otro candidato de JxS podría obtener más fácilmente el apoyo o la abstención de la CUP. Sin embargo Mas y CDC no pueden contemplar otra opción que el propio Mas, cuyo liderazgo ha centrado toda su estrategia desde hace años. Pero obtener el apoyo de la CUP podría suponer para JxS aceptar planteamientos inaceptables para un sector muy importante de CDC y sus bases de apoyo, con evidentes riesgos de ruptura. Sustituir a Mas podría rebajar estos costes.
JxS podría dejar en suspenso su planteamiento independentista a corto plazo para configurar con otra(s) fuerza(s) que quieren cambiar la situación actual (CSQP, y quizás PSC?), una mayoría con mayor representatividad y fuerza, con el objetivo de un mejor encaje sobre financiación, competencias e identidad, temas nucleares del descontento. Esta vía necesitaría que de las elecciones generales del 20D surgiera un planteamiento abierto al nuevo encaje. Pero contiene riesgos de ruptura en JxS.
JxS deberá retocar su plan para abordar un proceso diferente y más largo al de 18 meses de transición que había diseñado, y se necesitará capacidad de gobierno sobre otros ámbitos que el “nacional”. ¿Con qué mayoría?
¿Acuerdos? ¿Nuevas elecciones? Seguiremos….