Elecciones autonómicas en Cataluña. And the winner is….la negociación y el acuerdo, por Joaquin Tornos
Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Barcelona
Al día siguiente del Referendum escocés del 18 de septiembre del año 2014, el profesor Stephen Tierney publicó un escrito en el blog del Centre for Constitucional Change en el que decía: And the winner is…the referendum. El pueblo escocés había participado en un 85% en la votación, y el no había ganado ampliamente ( 55,3 frente a 44,7 a favor del sí). Pero el citado profesor destacaba que la amplia participación legitimaba la celebración del referéndum, mientras que el resultado debería llevar a abrir unas negociaciones que permitieran dar cumplimiento a la promesa de los partidos unionistas a favor de una más amplia devolution.
Las elecciones autonómicas catalanas permiten una lectura similar. Se convocaron por el Presidente de la Generalidad con la intención de dotarlas de carácter plebiscitario en torno a la opción independentista que, como de hecho único punto del programa electoral, planteaban la lista Junts pel Sí y la CUP. Se votó con una alta participación del 77%, y el voto independentista alcanzó un 47%.
¿Qué lectura debe extraerse de estos datos?. La opción independentista no es mayoritaria en votos, y aún menos si la calculamos sobre el censo electoral, pero ha obtenido un amplísimo respaldo por parte de los votantes, lo que ha dado la mayoría parlamentaria a las fuerzas políticas que la han defendido.
¿Qué hacer a partir de este resultado?. En primer lugar reconocer que en Cataluña la opción independentista cuenta con un amplio soporte que ha ido creciendo en los últimos años. A ello debería añadirse el sentimiento nacionalista de otras fuerzas políticas no independentistas ( PSC, Iniciativa per Catalunya, Unió Democrática). En definitiva, se constata una vez más, la realidad nacional de Cataluña y la demanda mayoritaria de reconocimiento de esta singularidad y de mayores cotas de autogobierno.Esta realidad exige una respuesta política y jurídica.
La respuesta política es reconocer esta realidad de Cataluña como nación dentro de la nación española. La respuesta jurídica debe ser tratar de encauzar las reivindicaciones de singularidad y más autogobierno dentro del marco constitucional. Por ello, el vencedor de las elecciones debería ser la negociación y el acuerdo.
Si ya se ha votado, la negociación debería centrarse en una reforma constitucional que diera respuesta a las reivindicaciones de la mayoría del pueblo catalán. Una reforma que reforzaría el texto de la Constitución desde la legitimidad de su nueva sumisión a referendo de todos los ciudadanos catalanes y del Estado. Una negociación que debería iniciarse a partir del amplio consenso sobre la necesidad de esta reforma, que además de la apuesta por un modelo de organización territorial de corte federal debería incluir otros aspectos ( calidad democrática, nuevos derechos sociales, posición de España en Europa…). El debate pausado debería concluir con el acuerdo de un nuevo texto que pretendiera regir la vida de los españoles al menos por unos 30 años más.
Por eso, the winner no es el sí, pero tampoco un no inmovilista. The winner debería ser la negociación y el acuerdo.