La administración compartida de los bienes comunes en Italia. Una interesante experiencia de regeneración democrática, por Joaquin Tornos
Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Barcelona
¿Cómo lograr devolver a los ciudadanos su interés por lo público, por la vida colectiva?. ¿Cómo dignificar la condición de las personas a través de su integración en proyectos colectivos?.
Desde hace ya unos años, la fundación italiana LABSUS , Laboratorio para la subsidiariedad (WWW.LABSUS.ORG), ha impulsado un interesante proceso de aprobación de Reglamentos Municipales con los que institucionalizar la “Administración compartida” (Administrazione condivisa).
El punto de partida de la actividad de Labsus es el principio constitucional de subsidiariedad horizontal, introducido con la ley constitucional 3/2001 de reforma parcial del artículo 118 de la Constitución italiana. El nuevo apartado del artículo 118 establece que “el Estado, Región, Ciudades metropolitanas, Provincia y Municipios, deben favorecer la libre iniciativa de los ciudadanos , de forma individual o asociada, con el fin de llevar a cabo actividades de interés general, en base al principio de subsidiariedad”.
Las normas locales se han concebido como el instrumento necesario y más eficiente para dar contenido al citado principio constitucional. Desde el primer Reglamento aprobado en la ciudad de Bolonia, son ya cerca de 60 municipios los que cuentan con un Reglamento de administración compartida. De este modo, desde el mundo local se quiere construir un nuevo modelo de Administración basado en la colaboración entre la administración y los ciudadanos.
Para ello la norma local crea la figura de los “pactos de colaboración”, en base a los cuales el Municipio y los ciudadanos acuerdan todo lo necesario para llevar a cabo el cuidado, restauración y gestión de bienes comunes de forma compartida.
Los bienes comunes se definen como aquellos que si “son enriquecidos, nos enriquecemos todos, si se degradan, nos empobrecemos todos”. Pensemos en una escuela de un pequeño municipio de montaña que por falta de alumnos se cierra. ¿Qué hacer con ella? ¿Quién puede ocuparse de la misma en beneficio de todos?. Al dejar de ser escuela pública este bien deja de ser un bien de dominio público para pasar a ser un “bien común”.
A través de los pactos de colaboración se pretende ayudar a reconstruir el sentido de comunidad entre las personas que asuman la nueva responsabilidad por lo público, y demostrar que en la sociedad civil anida todavía el sentido de la responsabilidad, de pertenencia a un colectivo, de solidaridad y de capacidad de iniciativa. No sólo se consigue una buena gestión de los bienes comunes, sino que también se refuerza la dignidad de todos aquellos que se implican en estos cometidos.
La identificación de bienes comunes, el impulso de la actividad de los ciudadanos activos, y la formalización de pactos de colaboración son los tres ejes de la nueva administración compartida que poco a poco se va extendiendo por toda Italia. La primera Memoria 2015 de Labsus, publicada en la pagina web de la Fundación, nos ofrece una amplia información de esta experiencia en marcha.
Como ha dicho Gregorio Arena, catedrático de derecho administrativo y Presidente de la Fundación, “crear comunidad gracias al cuidado compartido de bienes comunes es el mejor modo para ser ciudadano y es indispensable tanto para defender la democracia como nuestro bienestar material”. Sin duda estamos ante un modelo de éxito que debería ser imitado en nuestro país.